martes, 16 de noviembre de 2010

We live in public

Se abre el telón:
Josh Harris crea la empresa Jupiter comunication,  a partir de esto lanza “Pseudo.com” un canal de televisión online que alcanzó más expectativas de las esperadas. Con el paso del tiempo creó a “Luvvy”, un payaso que lo representaba y, de esta manera, propició su marcha de Pseudo en 1999. Posteriormente Josh inició un nuevo proyecto llamado “Quiet”. Se trataba de un hotel bajo tierra en el que convivían diferentes personas con una vigilancia de 24 horas renunciando a su intimidad y a la posesión de sus actos (un estilo al Gran Hermano que todos conocemos). Todo comenzó como una gran fiesta pero, a medida que la ambición en ellos iba creciendo, empezaron a perder el control y a desmoronar mentalmente hasta que la policía tuvo que poner fin a esta situación con el comienzo del año 2000.
Tras un periodo de vacaciones emprendió un nuevo proyecto en el que expondría su vida junto con su novia Tania. Consistía en lo mismo, lo único que esta vez permitirían la interacción del público mediante el chat. Este proyecto volvió a terminar en un fracaso, solo que, en este caso, no fue un fracaso únicamente laboral, sino también personal. De esta manera no tuvo más remedio que dejarlo todo e irse a una granja apartada de la sociedad donde quiso estar alejado de todas estas nuevas tecnologías por un gran tiempo.
 Cuando todos pensaban que Josh Harris había terminado su vida pública éste volvió a intentar aparecer en los medios inventando un programa nuevo, el cual no tuvo éxito por los anteriores errores que cometió en el pasado. Finalmente decidió abandonar completamente su vida anterior e irse a Etiopía.
En este documental hemos podido ver claramente cómo las personas por un poco de fama se vuelven locas y que la ambición y el egoísmo que experimentan en situaciones extremas terminan por destruirlas.
Todos de un modo u otro buscamos la fama, queremos ser conocidos, destacar, que se reconozcan nuestros méritos, que nos acepten y buscar nuestra individualidad dentro del conjunto. De ahí esa adicción a estar presentes en todas las redes sociales subiendo constantemente información acerca de nosotros, de lo que hacemos,  de nuestros intereses y aficiones, etc. pretendiendo tener nuestra dosis de fama diaria renunciando a la privacidad de nuestros actos.

Letriyas, Moderniya y Hiphoperiya... al otro lado del hilo.

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